miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bienvenida alegría, bienvenido pesar,


Bienvenida alegría, bienvenido pesar,/ la hierba del Leteo y de Hermes la pluma:/ vengan hoy y mañana,/ que los quiero lo mismo./ Me gusta ver semblantes tristes en tiempo claro/ y alguna alegre risa oír entre los truenos;/ bello y feo me gustan:/ dulces prados, con llamas ocultas en su verde,/ y un reírse zumbón ante una maravilla;/ ante una pantomima, un rostro grave;/ doblar a muerto y alegre repique;/ el juego de algún niño con una calavera;/ mañana pura y barco naufragado;/ las sombras de la noche besando a madreselvas;/ sierpes silbando entre encarnadas rosas;/ Cleopatra con regios atavíos/ y el áspid en el seno;/ la música de danza y la música triste,/ juntas las dos, prudente y loca;/ musas resplandecientes, musas pálidas;/ el sombrío Saturno y el saludable Momo:/ risa y suspiro y nueva risa.../ ¡Oh, qué dulzura, el sufrimiento!/ Musas resplandecientes, musas pálidas,/ de vuestro rostro alzad el velo,/que pueda veros y que escriba/ sobre el día y la noche/ a un tiempo; que se apague/ mi sed de dulces penas;/ ramas de tejo sean mi refugio,/ entrelazadas con el mirto nuevo,/ y pinos y limeros florecidos,/ y mi lecho la hierba de una fosa./ (John Keats)

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